NAVEGANDO EN YOUTUBE


Si mis recuerdos no me traicionan, la primera vez que navegué por las redes de Youtube fue cuando tenía 14 años. Inquieto por volver a reproducir un video gracioso (“la caída de Jorge”) que me había mostrado un amigo, decidí explorar lo inexplorado. Fui por poco y encontré bastante. De un video pasé a visualizar todos los álbumes de lo gracioso.


A partir de ese día, me infectó el virus de la viralización gráfica. Canciones, videos graciosos –y dolorosos-, películas, trailers, noticias, tutoriales y series se pusieron a mi alcance con el simple acceso a internet. Unas ventanas de oportunidades se abrían frente a mi insaciable ocio. Incluso, también, a lo largo de los años le identifique un potencial educativo al punto de considerarlo mi compañero de estudios en la medida que me ofrece melodías que incitan a la concentración. No dependo de un horario o un lugar físico para disfrutar de mis gustos. El único limitante era el no saber comprimir en un motor de búsqueda todos mis deseos.

Ahora que pienso en el primer video que subí fue con fines netamente académicos, solo ahora cuando estoy en la universidad. Luego de esa experiencia, vi el potencial de publicar algunos de mis trabajos para que no se quedarán comprimidos en la carpeta de mi pc que ni yo después husmearía. Todo se puede encontrar y subir en Youtube (claro solo si las políticas de la empresa lo permiten). Se suele creer que todo está inventado, pero con el potencial que tiene esta red no se sabe. En nueve años muy posiblemente se verá lo actual como fuera de contexto, pero, no por eso, aburrido. El tráfico no se sabe cómo generarlo a ciencia cierta, quizá esa es la principal característica de Youtube, su capacidad de siempre sorprendernos.

Youtube me sirve para entretener y aprender; a otros para mostrarse al mundo junto a sus destrezas ocultas; sirve como oportunidad de revelar lo secreto; abrir universos inconcebibles. Sin más, la oportunidad de mostrarnos al mundo de tal manera que antes no nos permitía una señal radiofónica o un canal de televisión. Sirvió como resignificación de la imagen y el audio que, incluso, con solo experiencias generan testimonios de nuestra vida. 

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